El diseño del cabezal mediante una bola de acero en su interior asegura una excelente
fijación. Una vez montada, no existe retroceso y, por lo tanto, no pierde apriete. También
resulta inviolable.
Gracias a sus dos anchos de banda, podemos abarcar hasta 114 kg de resistencia, así
como la posibilidad de llegar hasta diámetros superiores a 300 mm.
La aplicación se realiza con una herramienta que tensa y, una vez alcanzado su límite,
corta el sobrante a ras del cabezal sin dejar ninguna parte que sobresalga.