Un canalón en una cubierta o tejado tiene como función la recogida
de aguas pluviales y su canalización a la red de evacuación.
Una función de importancia capital, dado que contribuye a la
protección del edificio en el que se instale, canalizando caudales de
agua considerables: de 550 a 850 litros por m2 y año, que según la
zona en la que se instale puede llegar hasta 85.000 litros anuales
para una vivienda individual de 100 m2.
Además de la función puramente operativa, el canalón presenta una
función estética: debido a su color, su integración en la arquitectura
resalta el tejado o las líneas del edificio. Discreto o vistoso, neutro
o coloreado, se trata por sí mismo de una opción importante a elegir
en la arquitectura para crear un conjunto armónico